¿Los fantasmas sienten?
¿Arden? ¿Se ven las llamas que los queman?
¿Ellos son invisibles?
¿Son almas sin cuerpos?
¿Qué fuego consumió sus cuerpos?
¿Su mente también se quema?
¿Ellos penan en este mundo terrenal?
¿Cuáles son sus sufrimientos?
¿Quién con su indiferencia los dejó en las
brasas aún ardiendo?
¿Por qué no se apaga ese ardor?
¿Por qué no se consumen como las estrellas
hasta su extinción?
¿Viven en la eternidad del dolor y el sufrimiento?
¿Qué pecados cometieron?
¿Por qué agonizan?
La eternidad no consume a las almas,
ellas renacen una y otra vez
como este pensamiento incrustado
en el universo de la mente.