la rabia brota de sus labios,
dolor y agonía,
disfrazada en su voz y perfumada con su aliento,
como poemas dichos al viento,
sin papel ni hoja
versos que la brisa llevará a recorrer el mundo,
ajenos a cualquier oido,
bajo su mirar y en sus manos una flor,
los pétalos la observan,
moribunda,
hermosa aún,
lentamente marchándose al olvido,
y sonríe,
eso parece,
las orillas de sus labios no mienten,
la tierra se aleja y de agua carece,
solo se mece,
en sus manos de amor.