Encuentro por los caminos
el aroma que me alienta
a sonreír con tu olvido,
por las caricias que niega
entregar frente al miedo
tu esencia.
Te siento como una herida,
no marca de cicatrices;
eres herida y no dueles,
si bien de curar la prives,
la soledad a mi alma no
la viste.
El sol, el cielo y la luna,
luz y sombras son mis templos.
Alba, crepúsculo y noche
paisajes que yo reflejo
con el color que extingue
el miedo.
Libre vive la entelequia
y mi alma y mi cuerpo presos;
no es tristeza la lluvia
mientras con amor yacemos.
Bogas en mi océano y
tu esencia la viste el miedo.