Si me preguntas cómo llegué, te diré que,
el cielo azul que duerme en tus ojos,
la dulce brisa que brota de tus labios,
el tierno ardor que recorre tu piel,
la fresca humedad que cubre tu desnudez,
la forma misma de tu ígnea esencia.
Todo lo tuyo y lo que hace de mí, me trajo aquí.
Desplegando mis alas he llegado hasta ti
y te encontré sumida en fugaz humanidad.
Tanta perfección reunida merece una verdad,
y un universo vacío para que lo llenes de luz
y extiendas en el infinito tu presencia divina.
Eterna como la ilusión que has sembrado en mí.