Han pasado ya de tu marcha 4 años
Sin adiós, ni preámbulos, ni quejas
Iniciaste tu nuevo camino, uno del que no pudimos formar parte.
Me dejaron despedirme, y sólo pude reproducir nuestra canción
Aquella canción de la que hiciste arte,
Con la que me demostraste que los detalles que te contaba te interesaban, que me escuchabas.
Esa canción que pongo cada vez que necesito tu consejo o tu compañía.
15 años de enseñanza reducidos a una canción
Reducidos al último instante que me dedicaste.
Entonces, con ojos infectados en sollozos y tu mirada fija, la letra terminó
Fin de tu último acto.
Pero ahora comienza mi segunda gran parte vital
Y tú no estás para poner mi canción camino al campo
No presencias cómo crezco, me desarrollo y fracaso para luego ganar.
El sabor de la derrota era menor cuando tú estabas ahí
Ojalá me corrigieses de nuevo.
Grítame, ¡castígame a mi cuarto maldita sea!
Haz conmigo lo que quieras, si así logro un último abrazo tuyo.
Papá, sólo quiero tener la certeza de que estás orgulloso de mí
Contigo aprendí a valorar a quienes me rodean,
Porque en caso contrario pasaré la vida gritando al cielo su perdón
Y esa es mi rutina desde tu partida
Grito al cielo en busca de una sola señal que me diga que estás observándome con mirada cariñosa, riéndote aún con mis bobadas.
Lanzando besos a mamá desde las alturas y dándole fuerzas para que siga adelante sin ti.
Dando tu bendición a Teresa y a Javier, y ayudando a tu hija cada mañana para que levante cabeza y luche por la vida que se ha construido llevando tus valores como seña.
Valores que le enseñaste, con más tiempo que a mí, sobre trabajo duro, perseverancia.
Estarías tremendamente orgulloso de ella a día de hoy.
Ha seguido tu forma de vivir hasta la última mota,
Disfrutando cada segundo, sin quejarse de los baches del camino.
Amando sin límites a aquellos a su lado
Ha construido una vida, un futuro, a partir de la nada.
Papá, sólo te ruego que me enseñes lo que no pudiste desde donde estés.
Hay días que te siento conmigo.
Papá guíame de nuevo, por favor.