Solían ser muchos y ahora son más,
han plagado la Tierra´
desde los confines del planeta
y quién sabe, los más raros,
quizás vengan de más allá del polvo de estrellas.
Una casta especial de humanoides
refugiados en sus trincheras
de noches insomnes,
ambientados con música selecta, suave y profunda,
grandiosas composiciones,
libros y poesía.
Se les ve por ahí
cabizbajos y ensimismados
cual si existieran en un mundo paralelo.
No hablan mucho y cuando hablan
tienen voluntariamente poco que decir.
No escuchan más que lo necesario
para asentir o disentir
sin prestar demasiada atención,
aunque son bastante críticos y
acuciosamente observadores
si la situación lo requiere.
Creen conocer el origen de todo,
más aún, el Todo del Origen
y bajo esa influencia se refugian en las tardes silenciosas
percibiendo el entorno en una forma diferente
con más luz
y más color
y más significado
inmersos en el sonido del silencio
fantásticamente cautivador para sus cavilaciones
nutriente de sus pensamientos íntimos.
Detestan el ruido y desaprueban los ruidosos.
Aman lo sencillo y simple,
el buen comer más que el buen vestir,
la Naturaleza más que la moda,
la honestidad sobre la falsedad.
Intuitivos y creativos,
ingeniosos y asertivos.
Casi, casi idealmente perfectos
excepto por una particularidad…
Adolecen soledad...
Una grave enfermedad
crónica, incurable, recurrente y progresiva.
Se adaptaron a la ausencia,
al olvido y la melancolía
y prefieren quedarse ahí
donde todo es humanamente simple,
descomplicado y menos exigente.
La ausencia de compromiso
es absolutamente tentadora,
aunque a veces, solo a veces,
podrían añorar compañía,
no por mucho tiempo
no más del necesario.
Finalmente se doblegan a la convicción
del dicho popular “mejor solo que mal acompañado”
y hacen lo necesario para espantar lo posible,
amedrentar lo creíble,
desanimar lo increíble
y vuelven a su estado natural
de solitarios insignes.
Pueden amar? Quizás, el tiempo que dure un suspiro.
Pueden llorar? Un poco, en las noches oscuras.
Pueden reír? Mucho, y son fascinantemente divertidos.
Son felices? Por supuesto!
Pero se les verá quizás en luna llena,
absortos, evitando la noción del tiempo.
como lobos esteparios aullando una compañía
que básicamente no necesitarán nunca.
Aunque existe la remota posibilidad...
de que todo sea una hermosa mentira.
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