Rasgado el corazón llora de espanto
al ver la incomprensión que hay en el mundo
y se estremece el pecho en su quebranto
cuando hay tanto ser humano errabundo.
Abandonado en un éxodo cruento
desgarrado busca hallar un camino,
pues un sino maldito y fraudulento
decidió en vil antojo su destino.
¿Cómo entender las leyes de la vida
que se vuelven injustas con la gente?
Cuánto dolor y profundas heridas
al ver la sociedad indiferente!
Me refiero a la América Latina
donde sufre la amada Venezuela,
aunque también me aflige la Argentina
y otros pueblos que estallan por sus venas.
Más que antes nunca, unámonos hermanos
que el opresor nos tiene ya vencidos
y levantemos juntos nuestras manos
antes de darlo todo por perdido.
Las potencias del mundo nos someten
con furor y poder de destrucción,
no nos fiemos de aquellos que nos mienten
y buscan el poder por ambición.
Hábilmente busquemos un progreso
en ciencia, educación, tecnología,
haciendo de ello un singular suceso
con máximo esfuerzo y tenaz porfía.
De otra forma no veo la salida
y por ello exijo, aquí, con mis versos,
a los gobiernos para que decidan
no ceder más el paso a los perversos.
Sociedad y política corrupta
nos apartaron del mejor camino,
llevándonos por una senda abrupta
pese a ser dueños de mejor destino.
Jorge Horacio Richino
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