De joven quedé prendado
de una dama muy risueña,
que me dice cuando sueña
que de mi se ha enamorado
y de mi amor es la dueña.
He de seguir recordando
a la dama de mis sueños,
pues seguiré alimentando
un amor que tiene dueño.
Si de la vida guardara
los momentos especiales,
serían los esenciales
aquellos que recordara
pues el resto son banales.
Nuestra existencia es la vida,
está llena de momentos,
lo malo siempre se olvida,
lo bueno son sentimientos.
J. Piñeiro