Ben-.

Como un torrente, entré yo a la luz-.

Como en un torrente
entré yo a la luz. Serví
de opacos minerales,
de cuarzos minúsculos,
al misterio irrevocable.
Sentí desprecios igual
que amores, tergiversados
hechos, y manifestaciones
del común desaliño cotidiano.
Esas esencias espurias
determinaron la calidad
de mi esperma. Solivianté
hilos y frutos, concluidos
ámbitos donde la tierra
se inflamaba de desdenes.
Y vi la efímera costa del mar.
Su luz parpadeante, la marea
contingente de relámpagos
y azules huestes infames.
Y vi el sol su cadencia y la
innata presencia del abismo.

Hasta encarnecer mi aliento-.

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