Son sesenta y siete años
Los que han pasado ligeros,
Bien en jauja o sufrimientos,
De mis triunfos o fracasos;
Como eterno enamorado,
Nunca al sino tuve miedo;
A lo hecho le echo pecho:
Mi sino pongo en sus manos;
En el amor no escatimo,
Amo cielo, mar y espuma;
No me importa lo perdido,
Siempre confronto mis dudas;
Soy caminante tranquilo
Que siembra amor y ternura…