Desnuda visito hoy al espejo acusador,
no para reìr su reflejo, o callar su llanto,
ni el poder criticarlo por quererte tanto,
sino para ver mi cuerpo con algo de amor.
¡Si! he querido regalarme un poco de caricia,
reflexionando y preguntando sin malicia,
¡Pobre! ¿Cuàn enojado ha debido estar conmigo?
por no prestarle atenciòn y càlido abrigo.
Pero... ¿Como pude abandonarlo a su suerte?
Y ¿Como permitì al tiempo hacerle tanto daño?
robando su lozana belleza año tras año,
sin que al cuerpo amenazara la temida muerte.
No en balde, que el mendigo traidor dejo de amarte,
si cambio la flor de azucena a mustio despojo,
y por favor no me veas con tan cruel enojo,
que al fin mis palabras desean acariciarte.
¡Claro està! ya no tengo demasiado que ofrecerte,
tal vez, darte en panacea dieta milagrosa,
que logre en poco tiempo de peso rebajarte,
mas no te miento, no volveràs a ser la diosa.
Debes conformarte con saber que aun sigues sana,
a la tercera edad, a pesar poco temprana,
con ágil mente en pie y un latiente corazòn,
ángel que te domina aunque no tengas razòn.
De frente al espejo grande o al retrovisor,
veo las canas de plata y arrugas de horror,
con unos ojos hermosos medio entristecidos,
y alma de niña vibrante en cada sentido.
¿Y adonde se fueron los dulces y ardientes besos,
que te cubrìeron y eran tu mejor vestido?
tal vez viajaron al placer de los embelesos,
a esparcir sus sabores en cuerpos divertidos.
Mi piel desierta me reclama frente al espejo,
sentirse tan amada como una flor hermosa,
y no estar tan sola como una flor espinosa,
sin la mano que acaricie a la boca que dejò.
Raquelinamor
Junio 24, 2019