Andamos, cual nosotros, sólo a pie;
al borde de una lágrima en su luto,
llorando por no sé qué...un absoluto
amor. Nos vamos frágil, yo lo sé.
Un ángel tiene en su alón la herida
de Cristo, y en sus clavos nos atrapa.
Me ha dado pena esa vil gualdrapa
que luce en esta tarde de la vida.
Andamos muy juntos, con el valor
que cruza invicto nuestro heroico sueño;
andamos juntos, cual can a su dueño,
bisbiseando dulce nuestro amor.
Andamos como ayer, en un altar,
pero mi amada...echóse hoy a llorar.
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David John Morales Arriola