Se han puesto la luna
y las Pléyades
(Safo)
Hoy también se pone la luna
y se ponen las Pléyades,
como se ponían en Lesbo
hace dosmilseicientos años.
Pero entonces marcaban un tiempo
que tenía el ritmo de los astros,
lento, solemne, tranquilo
en su riguroso repetirse.
Hoy en día ninguno de nosotros
es capaz de localizar las Pléyades
en la multitud desordenada
de los astros que brillan en el cielo
y ninguno de nosotros ya puede
ver un orden en su disposición
o adivinar sus figuras.
Nadie nos enseñó a observar
la bóveda del firmamento
como hacían los antiguos pastores,
en sus largas noches, con sus hijos.
Las luces de la ciudad
borran la luz de los astros,
ni siquiera levantamos
los ojos al cielo para verlos.
Como las ovejas, tenemos
los ojos clavados en el suelo
y no nos damos cuenta de si la luna
o las Pléyades han desaparecido.