Ella pasa todas las mañana,
yo me asomó a la ventana y
como si nada, ni una mirada,
hasta lleva un semblante y me
rió en mi silencio, porque cuando
estábamos en la alcoba, como me acariciaba y me prometia que
siempre iba a ser mi amante,
novia y esposa, hoy sé que nada
de nada, pero su enojó lo lleva en
su belleza pero su amor por mi en
su corazón, si me ve con otra dama
como entra en celos, me mira, si su
mirada matara, hoy no estuviera escribiendo lo hermoso que nos
dimos en la alcoba en esas
madrugadas.