J.R.Infante

Cuatro vidas

Quererse es desplegar las alas

dormidas

por los senderos del viento,

oír el fino susurro

de las nubes siemprevivas.

Una vida

 

Traspasar el muro insondable

de cal viva,

conservando intacto el frágil velo

que cubre la desnudez.

No detectar ni una minúscula

herida

ni rasguño, ni escozor.

Dos vidas.

 

Es huir a contramano

y sin guía

del poderoso fantasma azul

que cada noche nos despierta

devolviéndonos la paz.

Sudar frío que recorre

la epidermis, adormecida

Tres vidas.

 

Quererse hoy y mañana

-mientras viva -

quererse es luchar sin tregua

donde el débil no tiene

cabida.

Cuatro vidas.