Esa que enreda sus sarmientos
a cualquier apoyo presente
la que en peores momentos
nos alegra en forma insistente
Aquella que trepa paciente
buscando el sol de las vidas
siendo un arbusto consecuente
sin tomar en cuenta sus heridas.
Ella que entrega la vida
de sus frutos en el lagar
es su alma sugerida
la que acaba de donar.
Sus hijos agotan la parra
para la alegría humana,
el hombre en alegre farra
la sorbe de noche o mañana.
La vid sola ha quedado
en la tierra ya arada
en su tronco deshojado
solo espera su alborada.