Yo te acuso,
con la total libertad que me compete,
por la audacia del decir entre susurros
... y decirlo de ese modo.
No me dejas otra alternativa,
ya que insiste en hablar con insolencia y
llenar mis oídos con cataratas de osadías.
Será la ley quién te limite,
será la justicia quién te ubique,
será también el universo quién te sancione...
Yo, te acuso,
por tus vocablos rojos de plenilunio,
por el calor en mi cuello cuando musitas,
por el roce sensual de tu mejilla,
por esa crueldad que me tiene de rodillas.
Ya te avisé, ya estás prevenido,
ya lo he advertido.
De hoy no pasa, te acuso.
Por la total cobardía,
de saber qué decir para tenerme rendida.
Te acuso con furia,
con rabia, con bronca,
con la impotencia de haber perdido la autonomía.
Te acuso desde lo más profundo del alma,
con alaridos derribando estrellas,
con gritos de pasión desgarrando el cielo.
Te acuso desde el vientre,
desde mis entrañas,
con mis pechos turgentes y altivos,
esperando morir entre palabras y
revivir en el cuerpo de tu voz con mi agonía.
Yo te acuso y te denuncio,
en mi eterno morir salvaje aullando espasmos,
sabiendo que al final en el principio convulsionado,
serás tú quién caigas a los gritos
demente y trastornado.
A.B.A. 2018©
Amalia Beatriz Arzac
Buenos Aires - Argentina