Las horas pasan muy lentamente
Recordándome que el reloj pasa por mi mente
La poesía arrasa silente
Y el canto de la vida me arrastra elocuente
Pálpitos de halito, confusiones de mi gente
Cual corteza de árbol sobresaliente,
Como el verde tejado de una casa abandonada
Pasa el molino, con sus quejas baratas
Un gato en la esquina de la cocina
Un sapo que se moja con la lluvia de invierno
Y un caballo que corre veloz transeúnte de mis penas
Alegrías al recordar, alegrías al olvidar, alegrías al inventar
Pues el hilo de la cordura ya no se puede evitar
Cuando el pasa yo me descuido, cayendo en el abismo
de un rascacielos con fin
Y en las calles de mi mente, recuerdo un grito demente
Pasados tiempos aquellos, con un brazo arrobador
Buscando aquellas ilusiones, superaciones de un extraño vividor
Y en el contraste del negro y el blanco entra equidad triunfando!!
que me recuerda que no importa el tiempo ni el espacio