Aquí estoy sentada en un tronco
carcomido por la salubridad ...
Un tronco inerte, paciente,
esperando que venga mi enamorado
y se siente junto a mí, a contemplar
del océano, su inmensidad.
Yo soy ésa …a la que las olas besa
y sobre este tronco viejo
siento la ráfaga del sol
cómo un fogonazo, sobre la tarde a declinar.
Yo soy ésa …la que viene año tras año
a contarle sus tristezas al mar...
Y hacia el horizonte mirar
las gaviotas sus alas desplegar
en busca de libertad.
Observo esa ave gigante pasar
con su enorme pico…la veo pescar,
esa se llama alcatraz.
Te recuerdo y creo verte en lontananza...
en donde se vislummbran
algunos veleros, con sus velas vaporosas,
en donde terminaron sus días las mariposas.
Llega la noche…el sol se durmió,
va saliendo la luna, engalanada,
silenciosa y con collar de rosas.
Ella, la luna y yo…solas,
contemplando el panorama,
en donde sólo se escucha los gemidos
de las mantarrayas, en la playa.
Te espero... Dios sabe que te espero...
pero este año tampoco llegas.
La luna me mira desconcertada,
trata de iluminar mi cara,
pero al ver unas lágrimas rodar,
da la media vuelta y se va.
Mis lágrimas son de cristal,
lágrimas que no puede ocultar,
se han solidificado de tanto esperarte.
Quizá, el año que viene te vea llegar…
Aquí, en este mismo tronco inerte,
vendré a sentarme para esperarte.
Así llegue el ocaso y con el hastío,
yo te estaré esperando siempre.
¡Aquí…en este tronco carcomido...
igual a los años míos!
¡Aquí... te estaré esperando,
dulce amor mío!
Felina