En fuego de oro y luz de grana muere la tarde
con lágrimas azules y suspiros de plata
de tanto llorar; sus pómulos de amapola
en pétalos de rosa mudan su linda cara
y me quieren embelesar; la tarde de oro
locamente se enamora de las nubes blancas
y de rojo carmesí tiñe su rubor,
que de sangre el cielo llena en la puesta dorada
con vivo resplandor.
En pétalos de rosa muda su linda cara
la tarde de grana y oro,
que vierte azules lágrimas
en la orla carmesí del arrebol de las nubes
y al ruboroso éter suspiros de plata exhala.