Te pasarà y lloraràs. Tu que duermes tan tranquilo
en la latitud del tiempo, tan lejos de las manos que no tocaràs,
tan cerca de las promesas que romperàs; hundiéndote en noches pasajeras
y brazos de un Don Juan. Seguiràs mintièndole al espejo
por ser quien no vuelve cuando hay ruinas
y sobra tempestad.