En un mar de suspiros esperé tu último mensaje, en un mar de lamentos te esperé, despierta aquella noche de abril, cuando has decidido dejarme, de mis ojos lágrimas han caído.
Bajo un mar de agonía, con la sombra de tu recuerdo…
Mis ojos lloraron por horas, mi cuerpo se ha dormido.
Las palabras han viajado en un sobre rojo; lleno de parábolas, he recorrido la miseria de tus lágrimas, promesas incumplidas. Ya no queda tu aroma entre mis sábanas...
El silencio de la luna, ha engañado al silencio de mi corazón.
He perdido al amor de mi vida, y con esto una gran despedida.
No tengo silencio que baste para contarte lo que siento...
Se ha ido la luna, pero ha quedado la noche...
Luciérnagas brillan bajo mi almohada, la aguja del reloj se ha detenido; a las 23:55, el último mensaje de agonía, un último adiós, un último beso de despedida; mi cuerpo agoniza en silencio.
Mi inseguridad dejó que tu amor tomara el viaje aquella noche de lluvia, cuando las hojas de los árboles caían, y mi alma en un viaje lento se iba..
Con los cauces, en sequía, la luna envuelta en papel de regalo, de mis manos caían lágrimas de sangre, mis ojos lloraron sin cesar, al vaivén de las olas, con la agonía entre mis senos y la parábola volando en silencio, mis sábanas mojadas, los besos en un cajón de cemento, los gritos en desvelo, lloran las horas, lloran las sombras...
Eres un gris recuerdo, en un baúl de lamentos, bajo la luz de venus, y los grises soles de invierno, un último poema de amor.
Bajo mi puerta el sobre rojo se desliza, lentamente; y en él un mensaje que dice;
¡ya no llores más, Adiós!...