Melancolía.
Traes mi infancia con su castidad,
a la ávida noche
para reconocerme,
de entre todos mis demonios.
¿Quién soy?
después de todos los justos latigazos
¿Qué me ha quedado?
La piel desierta
con su memoria escuálida
va en comunión de sus blancos caminos
con pasos recargados
de esperanza muerta
y sus férreas ojeras
como nidos de alegres sombras
Serán las penas de un ayer que ha llorado
mucho.
Vagabundo,
que vas para arriba orando mudo
una existencia
que ha bajado de su cruz
alarga, alarga tus decaídos pasos
que hoy pasara otro crespón
arrancado de su sombra de dolor
Soledad
Ya me voy, dejando en una loza
de diciembre
mis sueños de dulce pecador
me voy con mis copas de fermentos
en que se ahogan
las encarnizadas lágrimas
de un amor que sobrevive
y nunca muere.