Abril reía entre albas margaritas
con garzos ojos y voz colorada,
sus áureos cabellos besaba el céfiro
en los remansos de la alborada.
Abril reía con ojos azules
entre un suave rumor de lluvia blanca,
mientras etéreos mechones de seda
brincaban por la ondulante montaña.
Abril reía con las tiernas flores
y a las rosas de un rosal lloraba,
el aire se llevaba los aromas
en el lene tul de sus alas blancas.
Abril reía entre las ebrias nubes
y de sus ojos caían dulces lágrimas
que con sus lenguas de álgido fuego
derretían las penas de mi alma.