Porque estamos donde no estamos. Pierre Jean Louve
Dibujé para este tiempo
un talismán
de curiosidades.
Infantiles trazos
en forma de herradura
se oxidan
en la saliva.
Me porto mal
cuando visito tu boca,
la esquina, las cortes,
los cortejos.
En circunstancia,
en ente social desprendo
un ángel que trasmuta
acuosos ademanes,
máscaras, sonrisas,
insistentes sonrisas
de sociedad en caos.
Mi animal ataca siguiendo
un plan desconocido:
mi cuerpo crece monstruoso,
sin orden crece,
sin aire crece,
sin agua crece,
crece torturado.
El alma y detallitos invisibles,
- con microscopio
y buena voluntad,
no cuentan-
ceñida a la oscuridad
esbozo excusa.
Quiero gravitar el enjambre,
que me quiten,
que no me quiten más,
acorralarme
hasta que salte
y no lo consigo.
Entre los muslos el ácido
disuelve los ovarios
que golpean
amantes de turno.
Escarbo miradas,
en la absoluta espera
de una estocada
he perdido el asombro.
Es el precio del segundo aire:
entre los difuntos,
pago a Caronte
con la lengua
del libro
Mar de la Mancha, 1992
Editions Hoy no he visto el Paraíso.