Ya
dejar pasar los días
como quien
deja
caer la nevada.
Un copo tras otro
un día tras otro.
Formas arabescas
que a nada conducen, pues
su último impulso es
desdecirse y caer
en saco roto.
Dejar los días transcurrir
con la firmeza del rencor
arañando los dientes por dentro,
y que los tiranos del odio
esclavicen el instinto amoroso.-.
©