Quisiera creer que esto que escribo
a alguien le importará algún día,
y muchos “me gusta” serán el mejor pago,
para cada poema sin dueño
porque dueño no tiene la poesía.
Y con esa creencia a cuestas
he llenado páginas y páginas de versos,
durante días, meses, años…
sin saber a quién le importarán algún día…
¿Qué hacer a estas alturas?
Ante mí, hoy, la obra rescatada.
(el resto, simplemente, sentí que nada valía)
pensando vanidosamente en un lector desconocido:
suma de poemas, puro intimismo,
mensajes al futuro,
como quien lanza una botella viajera,
con todos mis poemas,
al mar del olvido.
Ante mí, la decisión egoísta,
de romper conmigo mismo,
rompiendo para siempre con la poesía;
o aceptar que un inclemente crítico del futuro,
se pueda ganar el pan de cada día,
escribiendo con punta de diamante,
sobre poemas como este
que mi tataranieto poeta,
descubriirá un día.
Frank Calle (26/junio/2019)