Un beso de despedida
sobre las pestañas cerradas
Tu boca se abre
un suspiro, un ruego
Mi mano en tu seno,
le corresponde un gemido
-Aun no te vayas
Y llevas mi mano a tu vientre
Tu deseo es un vértigo
una desenfrenada carrera
por sumirnos en el abismo
lascivo entre tus muslos abiertos
Las coronas de los senos erguidos
endurecidos, al mordisco premian
con ahogados ayes
La ruta está abierta, nada le está
prohibido a la virilidad pujante
a la que te entregas
Desquiciada por el deseo
lo que el amante no toma,
se lo ofreces gentilmente
Te sientes Mujer y Muñeca entre
sus caprichos consentida y complaciente
Rob_
#PoetaUrbano