Carlos Eduardo

S O N R I S A

 

 

Que triste es no saberlo, que la vida es mera tristeza,

 

los animales lo comprenden;

 

observan al pobre hombre perdido en la sinrazón:

 

        Criminal organizado contra todo y todos

 

        Maldito sobrante

 

        Depredador

 

        Cobarde

 

        Industrioso

 

 

               Nunca ha ido a ninguna parte

 

 

De dónde salió este bellaco:

     De un barro podrido.

     De las manos de un hacedor de entuertos

     O es un hijo de rufianes.

 

 

  Pensarlo, para detenerse ipso facto.

 

 

  Transformarse en la estatua de sal.

 

 

 Desviado de senda, irreversiblemente.

 

 

Nadie se ha detenido para ir a paso seguro.

 

Enloquecido, se ufana de ello, el poseso

 

  Y esboza una sonrisa.