Helado somnífero;
Trajiste el invierno a mi verano
Haciendo tolerable lo profano.
Cuando el volcán ansiaba nieve
Y la fiebre ensoñaba
Con fríos glaciares
Solo así los altos hielos
Y los finos copos molidos
Parecían bendiciones.
Apareciste requerida
En todos los lugares,
Como la protagonista
Más desapercibida,
La amante codiciada
Que nunca es nombrada.
Muchos de tus pretendientes
Acabaron siendo máculas inertes,
Tus antecedentes hacen
Que sea complicado quererte.
Mas yo te busco con apuro
Deshonrando todo lo puro
En esta carrera de la muerte.
Prefiero que sean tus frías manos
Las que me lleven del otro lado
Antes que fallecer cumpliendo
El objetivo de un despiadado
En un acto facineroso,
Sé que me auxilias
De ese final asqueroso.
Y siempre encuentras otras salidas
Puertas ventanas túneles o pozos
Siempre escapas aireosa
Prófuga de las encrucijadas.
Amado ser andrógino
Es genuino tu cromado brillo
Casi como un suero de la verdad
Adoro como te inyectas en la personalidad.
Y reluces y exhibes lo que todos
Con fallido empeño
En triste intento
Tratan de ocultar.
Al igual que a mí
Te fascina desenmascarar
Hacer fondo de ojo
Y escarbar y cavar
Hasta la cornea, el alma
Y un poco más
Hasta encontrar
La veracidad.
Lastima que tu la veas
Como signo de debilidad.
Hasta podrías ser juez
Si no te extasiara
La clandestinidad
Y el libertinaje
Como el único oleaje
Que te moja.
A algunos los acongojas
Cuando les demuestras
Que la cúspide de su vida
Son migajas para lo supremo.
Y caen en depresión
Pero no es tu culpa
Es de su penosa existencia
La legítima manifestación.
O se arrojan del balcón
Cuando se acaba su ficción
De la que el guionista
Siempre es otro
Y el triunfo eterno es tuyo.
Y a algunos nos mantienes vivos
Tan solo para ofrendarte
Esa enfermiza adulación.
Y que por ti escriban poemas
Construyan imperios y altares
Ganen elecciones presidenciales
Y así tu podio lo eleven
Las futuras generaciones.
Mientras tu llenas
Cárceles y manicomios
De huecos espíritus
Egos inflados
Débiles de-mentes
Tan solo pobres diablos.
O vas retozando
De nariz en nariz
En grandilocuentes politizados
Y te venera algún adinerado infeliz.
O los sublevas o los entierras,
Pero en mi hora final
No podría culpar
A la influencia de influenciarme.
Al menos gracias a ti
Seré insensible a mi propia muerte.
Harás dichosos los últimos instantes,
Y no pediré por padres ausentes
Ni por esposos insignificantes
Ni por dioses invisibles.
En mis últimos momentos
Blancos serán los aposentos
Que encuentren
En la postal ensangrentada
Que deja tu marca, tu pisada.
Y mientras tanto
Casual te cruzo
Te beso, te peino y te despido
Con la certeza de encontrarte siempre.
Aunque reconozco,
Que solo existís porque existen fallas
Agujeros energéticos, recuerdos traumáticos
Dolores crónicos o aburrimiento generalizado.
Te adaptas a la cruz de cada persona.
Y si ya nadie fuera defectuoso
No encontrarían en ti un nido afectuoso
Donde te depositan su voluntad
Como una caja de seguridad,
Y no proteges al mundo de ellos
Ni los proteges del mundo.
Te anidas en los errores
Por eso reinas sobre los perdedores.
Mi fino hielo platinado
Este es un cuento ya contado
Por otro futuro cadáver
Que cuantiosos gramos de años
Te ha obsequiado.
Pero recuerda;
Solo resides en los defectos
Y en un planeta inmaculado
Que roce lo perfecto
No habrá grieta donde quepas
Ni vientre al que te adhieras
A la fuerza proclamando vida
En un mundo ideal no existirías.
Mi pálida y desleal amiga
A veces soy sorda a tus mentiras
Y otras noches me tienes
De insomnio seducida.
Por eso los que te conocemos
Sabemos que lo imposible de despedirte
No hay un adiós eterno
Solo un hasta pronto
Hasta que nos arrastres al averno.
Sé que es de hielo el infierno
Y se aspira el pasaje de ida
Y a sabiendas de que no hay
Otra salubre salida
Me ajusto las esposas
Y de tu mano prosigo el viaje
Y no será Dios quien baraje...
Mi esclavista favorita
Anota en el tártaro
Mi nombre secreto.
Siempre habrá vacante
Para postularse en tus perdiciones.
Es que el mundo impecable
Tiene demasiados exquisitos requisitos
Y no aceptan almas inquietas
Forajidos poetas
Manchados de experiencias
Testigos y víctimas
De todas las inmundicias
Que también te prefieren.
Es tan sardónico
Como te ama el ángel caído
Y a su vez brillas al filo
Del cuchillo de un asesino.
Mi narcótico predilecto
Es tuyo este gélido desvelo
Yo hibernaré y tu harás el resto
Despojame de lo que detesto.
Me cedo como ciervo
Inmolado a lo funesto.
Toma mi alegre animosidad
Marchitala y cúbrela de frialdad
Así todos descubrirán
Que el hielo también quema
Y que al probarte
Ya cayeron en tu estratagema.
Ojala laboratorios Merck
Nunca hubiera dado a luz
Al alcaloide dominante
Que causa que treponemas
Como vos se sientan importantes.
Si cualquier idiota te tiene a su alcance
Si cualquier nefasto te idolatra
Tu filosofía es de lata
Y esa camaleonica modalidad
Te delata ante mis ojos
Que siempre te observaran
Obnubilados pero nunca devotos.
Si te confiero la noche de mi parca
Es por propia conveniencia
Y no por tu anhelada obediencia.
Te enseñaré a perder
En tu propio juego.
Despertaré los valores dormidos
Y veras que ni tu inmensa decadencia
Logrará desviarme de mi destino
Ni arrebatarme la decencia.
Ya sabes lo que nunca cambiaras
La virtud y congruencia
No se pueden perturbar.
Conmigo conociste
La incorruptibilidad.
Aun así te dedico este insomnio
Y te invito a pernoctar
Licencioso demonio.
Rememora que;
Arañas las puertas
Trazas las líneas
Abyectas con la lengua
Entras y sales
Solo porque yo dejo
La puerta semiabierta.
Y algunas veces
Soy quien te usa
Y se ríe de tu ilusa
Entrega inmediata
De tu mueca compulsiva
De tu banal ocurrencia
De tu empoderada pantomima
Que a veces aburre y otras anima.
Y puedo compartirte cofradías
Mas nunca seras digna de mi pleitesia.
El ladrón cree que todos son
De su misma condición.
Yo te revelaré,
Que no todo se transfiere
Ni todo se adquiere.
Y tu erótica voz
En el fondo no me convence.
Así que te testeo
En ocasiones te rechazo
Por mera diversión
De ver el desquicio
De tu sorpresiva reacción.
Por mi descubriste
Que la integridad
No puede ser imprecada
Aunque de tu polvo esté impregnada.
¿Ya descifraste que la adicta sos vos?
El motivo de tu creación
Y tu principio de seducción
Es mutar y ennegrecer
Todo lo que tocas
Es engendrar perdición.
Pero no tenes en cuenta
Que lo que a mi más me excita
Es claudicar falacias elaboradas
E intenciones cruentas.
Por eso me incitas
Mas no me hipnotizas.
No hay forma de cortejar
A quien hace tiempo
Se enamoro del amor mismo.
Somos de los que hacemos
Un oasis de un abismo.
Saber habitar en la nada
Apagar los sentimientos
Despojarse de las necesidades
Con la irrebatible certidumbre
Que las íntimas animas
No se han de mercar.
Nada existente
Tan hondo puede cavar
Ni insertar alfileres
Para deformar la mentalidad.
A veces deliciosa
Tanto maliciosa
Y es que me resulta irrisoria además
Pretender cambiar a voluntad
Un ser en su totalidad...
Cuanta egocentrismo,
Que a la mirada de un imparcial
Es un absoluto cinismo.
Que sin embargo nos sirve
Por eso guardamos amargas sales
Y relamemos agónicos finales
Con tal de existir hasta un racimo más.
Y a la decimotercera bolsa navideña
De regalo, querrás devolverla
Depurarte, pero no tiene remitente
El envío en anonimato,
Son todas las caras posibles
Pueden contactarte e inmiscuirse
Porque saben tu nombre...
La relevancia que tiene calar identidades
Cazar al cazador antes de ser cazado
Para que no te mixtifiquen
Con las ponzoñosas eventualidades
Que inventan y nunca concuerdan
Y la normalidad alternan.
Aunque jamas en lo privado
Me alborotan, las secuencias
Que tus adeptos complotan,
Quizá como escudo, la inquebrantable convicción
De que todo lo hostil me rebota.
Se que cada proyectil de enemistad
Es como un asteroide iracundo
Vagando, en caída libre, en la inmensidad
Contra algún cuerpo celeste
(De seguro alguno inocente)
Habrá de chocar.
¿Hay que desintegrarlos o dejarlos pasar?
Entendiendo que si uno ese odio lo echa
Por expulsarlo no deja de ser un hediondo sentir
Y aunque desvíes esa flecha, no hay que soslayar
Que igual buscará mancillar a alguien mas.
¿Como dormitar en paz si eso a otro le deviene?
Mi consciencia empatica no se detiene
Ni por mil gramos de petulante nieve.
Solo un ignorante
(Quien insiste por no preguntarse nada)
O un psicópata
(Quien alude no tener culpa de nada)
Solo una masa andrajosa
De moral nula o dudosa
Descansaría tranquila
Alumbrada mas no deslumbrada
Bajo la luz explosiva
Sabiendo que han matado una estrella.
Pero otros los oclayos no entrecierran
Y testigos silenciosos del cese del astro
Se apropian de la estela fugaz
De su ultimo polvo, la incorporan
Borrando todo rastro
El panorama deforman
Y opacan el cosmos de a poco.
Tan lentamente
Que solo lo notaria el mas sagaz,
Nos están apagando el firmamento.
Lo lamento no obstante afirmo
Que la sustancia no es responsable
Ni inspiradora de las atrocidades
Que manchan las calles
Y vacían las casas.
El alcaloide estimulante
Es solo un complemento
Que exterioriza
Lo que ya tenias dentro.
Culpen a los victimarios
De sus acciones
Y no a la droga en sus posesiones.
O señalar a la víctima
Con su nombre ya en los obituarios
Revivir el cadáver para recriminarle
Por que no escogió otras direcciones.
No me asquean los adictos
Me repugnan sus hipócritas contradicciones.
Y vos duquesa de las degradaciones
Que forjas tu imperio
Con los restos de los desafortunados.
Te invito esta noche
A mi emporio del derroche
A inspirar tu tentador remanente
Pero jamas te quedaras
De forma permanente.
Eres solo un frígido suplemento
Un soporífero indispensable
Si es que quiero
Una ola polar en pleno verano.
Mas no siempre me rindo
A la fácil nevada que ofreces
Y prefiero a veces
Que la hipertermia erupcione el volcano
Antes que sucumbir a tu encanto mundano
Mi glaseada beldad.
JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC Y DNDA
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