Ya no me pregunto por qué, pero...
Podría estar rodeado de gente, de amigos, a pura carcajada, haciendo lo que sea; estar ocupado en mis asuntos, obligaciones, trabajos.
O podría estar simplemente haciendo nada y aún así, en el momento que tu mirada, que tu sonrisa, se cruza por mi cabeza, extrañarte me es inevitable; generando esa necesidad de verte, esas ganas de abrazarte, el querer escribirte o llamarte aunque no deba o no sepa qué decirte. Generando que luche contra mi impaciencia. Comprendiendo ya que de verdad te quiero...
Según lo que la sociedad diría esto sería muy pronto, y yo sería un loco. Pero ya no me pregunto por qué...
Tienen razón, estoy loco; y poco tiempo bastó para querer acercarme más a ti, poco bastó para quererte así, y querer aprender a quererte más; deseando que llegues a quererme; sin importar qué tenga que hacer y cuánto tenga que esperar.
Te quiero, no me preguntes por qué...