Quizás yo mereciera
el azote, el escarnio,
la más dura condena,
la humillación, el desprecio inhumano
por no hincarme nunca,
ni pedir disculpas por lo que soy,
por volar tan alto que ni el cielo
fuera límite de mis sueños dorados
por no andar calzada y portar
en el alma invisibles mis alas
ni adorar falsos héroes de barro
ni rezar fingidas plegarias
que escribieron humanos.
Quizás yo mereciera
el castigo, el ultraje,
la más ruda censura,
el menosprecio feroz
por caminar de frente
con la verdad en un puño
en un mundo hipócrita
donde todos se mienten
y te mienten al darte la mano
por no pertenecer a la misma jauría
donde el hombre es el lobo
que se come a su hermano
Y aquí ando sola con total desparpajo
sin importarme lo que vayan pensando
porque al final de todo me hincaré a los pies
de aquel que anduvo predicando descalzo
……………………..