Una barrera de lava
entre el mar y la laguna,
un espacio natural
bajo la luz de la luna.
Las Salinas de Janubio
es un lugar encantado,
un espacio de colores
con Hervideros al lado.
No lejos de ese lugar,
un labrador esforzado,
en La Geria con sus manos
poda la vid con cuidado.
Para entender Lanzarote
debes ir al Timanfaya,
allá por mil setecientos
cuando la tierra temblara
recuerda aquellos momentos
que con angustia pasara.
Lanzarote ha renacido
con el esfuerzo canario,
y con su empuje ha vencido
un auténtico calvario.
Orgullo lanzaroteño
es cuidar al visitante,
amigo de sus amigos
esa será su constante.
J. Piñeiro