Un extraño misterio me condujo
a tus letras, magnífica Alfonsina;
cada verso es un canto que fascina
con arpegio que lleva dulce embrujo.
Con sus regios acordes me sedujo,
cual cascada serena y cristalina;
tus esencias, con savia muy divina,
me pusieron de hinojos con su influjo.
Eres mar anegado en poesía,
cuyas olas arrastran con dulzura,
eres ninfa que ofrece su ambrosía
y que llena de luz con su ternura:
¡Con tu rima nos traes la armonía
que de suave cadencia nos satura!
Autor: Aníbal Rodríguez.