Dejé todo atrás como esa nube que se veía tan oscura y que ya traía mucho tiempo atrás de mi esperanza.
Como hojas al viento mi vida se fue, había tanto dolor que no se quiso venir conmigo a ese nuevo lugar a donde iba, el también estaba cansado.
Y llegué a un lugar nuevo a mis ojos, con nuevas luces de mañanas sinceras, con esa alegría que da lo nuevo y que no se quiere perder nunca.
Había flores de colores, rosas por doquier, luces amarillas de soles en mi cabello, un lila que me ensordecía los sentidos.
Un carruaje de bellos corceles de límpido color, algo atrás de ellos que me decía era Navidad, el alma compungida dejo de llorar.
Iba penetrando poco a poco en ese ser que decía serme fiel, me trataba como única mujer, caminaba con suave cadencia hacia mí, hacia él.
Los caminos se encontraron en un solo desear, las mañanas a montones dejarían de mirar a las noches más oscuras por ser un adiós y nada más.
Esa noche que nos vimos en un refulgente admirar de virtudes y talentos que no quisimos ocultar fue como un poema, uno nuevo, uno inédito, sin final.
Andar ...juntos hasta ese atardecer con palomas en el cielo, sin nubes que esperar a que caigan como gotas sin mañana, sin ninguna paz.
Es la vida, como llega con su bello despertar, de mañanas con los cantos, de los soles en el lar, de los días que pasan y saben pasar.
Es la vida, como pasa, como pesa, como no deja de mirar hacia adelante con su duro y tremendo delirar.
Es la vida, que queda en la piel, el respirar, el sentir una caricia del amante, de la madre, del amor...es ser una con esto que se llama ...
Es la vida, y su nuevo comenzar.
Dolores Luna.
Junio 28. 2019.