Te pude haber amado locamente,
te pude haber amado sin medida,
pero te fuiste yendo lentamente
como escapa la vida por la herida.
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Traté de convertirte en una dama,
pero te gusta el sexo y en exceso,
por eso este corazón que tanto te ama
se despide de ti sin darte un beso.
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No te enfades mujer, tú lo quisiste,
despreciaste un amor puro y sincero,
y tras brillante oropel rauda corriste.
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Te mentiría al decir ya no te quiero,
gracias por ese tiempo que me diste,
y gracias por aquel: "ya no te quiero".