¿Sabrían ustedes de los sucesos de hoy
ocurridos aquí donde me encuentro?
Imposible, como yo de los de cada uno de ustedes.
Uno los barrunta; se muerde los labios.
Y ratataplan son como la ventisca, arrastrando el alma.
Así se es remolcado, uno, por esta arena llamada vida.
Está escrita,
te vas desmoronando;
ninguna maldición lanzada a los cuatro vientos te libera;
ni la muerte.