Aguas rojas, río crecido
todo el monte sumergido,
concierto de las chicharras,
serena siesta de estío.
Aguas rojas, río revuelto,
troncos a la deriva…
a lo lejos, el horizonte
y la otra tentadora orilla.
Que misterios encierras
río de dos facetas?
Ora mágico, celestino
ora malvado, asesino.
.
Que le dijiste aquel día al niño?
Tal vez le hayas prometido
que por las noches las caracolas
le cantarían suave al oído.
Nadie lo arrulló en la cuna…
tal vez eso lo haya seducido
y se adentro a tus aguas
en procura de lo desconocido.
Quizás fue tras un dorado
como quien va tras un sueño
y en su braceo frenético
no quiso tener regreso.
¿Fue el hechizo de tus aguas
lo que ahogó al pequeño?
¿O ya estaba ahogado de dolor
y por eso buscó tu lecho?
Río, mi río, testigo de amores furtivos,
dile a tus caracolas, dile a tus doradillos
que no dejen solo al niño, que lo acaricien
y le den cariño, pues mucha soledad ha sufrido.