Cuantos pesan las palabras..,
si te olvidas de los poetas..,
que dejaron la vida en una estrofa,
ni sus restos descansan en paz,
y la rosa llora..,
sin lapida,
ni parcela,
cuánto pesa el verso?,
de los cuerpos deteriorados,
enjaulados..,
en el barro..,
en la humedad de su miseria,
y la luna?,
y tu mano?
el frío que marca como un cuchillo,
que fue afilado con la piedra de la angustia,
el silencio como verdugo,
el orgullo y la fanfarria de la tinta cara,
donde quedo tu poema?,
ese poema!!,
como el espejo que reflejaba tu rostro..,
tu interior,
en la madrugada que no asomaba el sol,
y la noche?,
aún sabe a poco la cuota de felicidad,
esperando que la espera se vaya espantada,
cuando descubra que no te espero,
de pura vanidad..,
el orgullo en su sillón gritará..,
poetas de sangre y tierra!!,
tu lágrima..,cuánto pesa?,
para quedar eterna en el renglón,
no será demasiado premio para el beso efímero,
que se volvió lamento,
que dirá la rosa?,
ofendida de perder valor,
el capricho de no afrontar las despedida,
la excusa a medida de ponerle rostro a una pena,
las promesas ebrias que beben de las copas rotas,
cuánto pesa la lagrima?
tal vez liviana como una pluma,
ilusa como la margarita que aconseja a los enamorados,
que juegan al cariño como en una lotería,
cuanto pesan las palabras?
si el verso ultrajado finge latir,
como un cartel de publicidad,
con luces brillantes,
ofertan el slogan que buscan el suspiro,
y la lluvia?
tal vez se acumula en un patio viejo,
como el pasado,
quizás como aquellos poetas,
que el rocío los cubre,
a esos versos..,
que gritan afónicos sin asustarse de los calendarios..,
son de la tierra..,
y el aguacero como bendición lavan sus manos,
como flores..,
las rosas..,
los jazmines..,
las calas,
tinta y sangre..
cuanto pesan las palabras?
tal vez flotan como fantasmas..,
del verano eterno que arde en los pechos de aquellos poetas,
que duermen..,
y se desvelan cuando la luna se tapa los ojos,
murmuran en tinta vieja,
las ruinas pasadas y futuras,
de los árboles envenenados..,
que dan frutos amargos,
y no se conforman con sus nombres bordados con hilos dorados,
donde la hipocresía y la mercancía los disfrazan..,
insobornables..,
porque ni la tierra los calla.
Daniel Memmo