Puedo intuir los pájaros secretos
Que guardan los pensamientos
Azules de tus días
Puedo intuir el Infinito necio y absurdo
Que guarda lo inconmensurable de tus horas…
Las llagas mutiladas del Invierno
Que es sólo mío…
Tu voz me llega hasta hundirse en lo incognoscible,
estalla en mis sentidos,
que es la ribera tardía de
la noche.
En los azares marchitos que escondes,
En las madreselvas onduladas de la noche...
En la rutilante esfera,
gloria y estrépito fecundo
de las mañanas
y de los amaneceres más puros
En vos Infinito se demuelen oxidados
Los Secretos, cenizas y llamas
De los avatares
Tan escuetos, misteriosos,
Del polvo enmohecido y hueco,
De la espada sagaz
Que transita, ennoblecida,
estos versos.
Patricia Aznar Laffont