Escribo con la luz apagada del infierno
para deleite de mi sombra
región atemporal
que cercena los sentidos del espíritu
y graba la sonora arena
en estos ecos de mimbre
donde se condena la atmósfera
de una flor salpicada
por la penumbra
aroma del mar interno
donde anochece con prontitud celeste
la saciedad de una pureza fatal
bestiario con ansia de fauces
que buscan la convulsa piel
desobedeciendo el abecedario poético