Verano Brisas

MAR - K - 24

El propósito de la vida es komplacerse a sí misma,

sin teorías artificiales

ke formen enredos dentro del cerebro.

Si preguntamos kuál es su objeto definitivo,

las respuestas abundan

siempre imprecisas y kontradiktorias.

 

Si vivir no es gozar kon inteligencia

de los nexos y posibilidades ke nos brindan otros seres,

mundos y konstelaciones, ¿para ké estamos akí,

entre penurias, injusticias, desolación y muerte?

 

Si, komo dice una oración, éste es un valle de lágrimas,

¿no sería mejor prescindir de tales llantos

y evitarle a Dios un espektákulo tan deprimente?

Dios kedaría agradecido

si en vez de lamentaciones inútiles y tontas

nos sumáramos al koro de la liturgia kósmika

para kantar las komplacencias de la vida.

 

Tener una aktitud natural sin objetivos enjaulados

no signifika desperdiciar la existencia

sino poner nuestras antenas sensoriales

al servicio de todo universo, para gratifikación personal,

y komprender, sin herir, la razón de las estrellas.