Y en la luna de esta noche
caminaré tus deshielos
blancos de necedades
turbios tus pensamientos,
ni la madera de tu madre
fue tan fuerte para quererte
ni tan fuego para abrazarte.
Y hoy… ¿Quién sabe?
Dónde está ese magnetismo
que pueda consolarnos
en este árbol bendito
semillas que proseguimos
alimentando en las aguas
tácitamente emocionales
en cada luna con sacrificio.