Si presumes de docente
debes tener valentía
y no destruir la valía
de la niñez inocente.
No debes llenar su mente
de propaganda inmoral
porque es límpido cristal
que tu mentira lo empaña
por poner una alimaña
en solemne pedestal.
Si no puedes valorar
el precio de libertad
jamás tendrás dignidad
para poder enseñar.
El maestro ha de velar
en la hermosa juventud
de que tenga la virtud
para elegir su camino
sin proceder cual bovino
sin valor ni rectitud.
El profesor es trasluz
que con bondad ilumina
y por la vida camina
con la verdad como cruz.
No debe ser avestruz
escondiendo su cabeza,
que si no tiene entereza
tal título no merece
y al discípulo le ofrece
un porvenir sin nobleza.
Hoy quiero felicitar
los maestros abnegados
aquellos que son amados
por su manera de actuar.
Aquellos que pueden dar
de justicia la simiente,
del saber su luz candente
y de honradez sus colores,
porque son los constructores
de un futuro prominente.
Autor: Aníbal Rodríguez.