Azucena Ibatá Bermudez

Traviesa

Déjame ser traviesa,
te condeno con mi hechizo,
mis ojos muestran la esencia
que desnudan tus sentidos,
y te digo entre mis brazos
hazme tuya sin descanso
y así tendrás la salida
de mi laberinto.       

Seré el demonio
que no condena tus pecados,
y te diré entre llamas
ven acércate,
y enciende tu fuego.

Con pócimas de azucenas
y un beso envenenado,
no piensas que esto es magia
sino un juego de suspicacias.

Puedo ser más ardiente
que la lava de un volcán
que ahora mismo te está tocando.

Soy exótica y pervertida,
mente abierta de erotismo,
destello a través de tu mirada,
en la sinrazón de mis gemidos.

No conocerás la mentira,
solo sentirás este amor,
y mi pasión sin medidas.