En qué punto me hallo
del crepúsculo indiano del sol
juntando las manitas
rezándole para que de ese modo
las sombras primitivas
se tengan que ir
y yo vuelva
aunque sea
oscuramente a sonreír.
En qué punto de los puntos
del puente a la alameda me hallo
que grito gol bajando el volumen de mi voz
¿Y en qué puntito fregado?
que fregar para mí
es distinto a lo que de aquí.
Va.
Poesía. Dicen que poesía es.
Vuelvo a tener trece años
cada cuatro o más o menos así.
Cada que escucho la última canción
que no me recuerda a nadie
más que a mí
Pero absorto qué duda cabe
que de esto
así de esta manera
no he de poder vivir
Ya no están los colores brillantes
y el reloj vuelve a marcar las 12
cada 6 horas si le da la gana
Y es que fuera de mofa,
aquí entre nos
no hay remedio más que confesar
que ojalá un día
pudiera yo
estar locamente enamorado.