Que nos invada el amor,
olvidémonos de penas,
no es la vida que elegimos,
es la vida que nos queda.
Disfrutemos los momentos
olvidando disidencias,
busquemos las coincidencias
para ausentar los lamentos.
Esos instantes que vuelan
sin saber recuperarlos,
son partes de nuestra vida
que no podrás disfrutarlos.
Mientras las fuerzas te asistan
camina firme y decide,
no vuelvas la vista atrás
el futuro nos lo impide.
Si has seguido la doctrina
del amar y ser amado,
habrás pasado esta vida
de puntillas y callado.
J. Piñeiro