XII:
Éste dolor que me envuelve
y me azota,
éste cuerpo
desnudo de piedad,
éste llanto
vencido en tu silencio,
éste camino
de piedras
que lastima mi sensorio
y me abandona en laberintos
donde mi duda
guía,
éste olor de podrido
que recuerdo
desde antaño,
ésta maldita incertidumbre
que me arroja
a las puertas de tu amor,
ese amor que me bendice
y me salva
para caminar nuevamente
de tu mano
en el regazo
de la madre tierra.