En un lejano castillo
un trovador pregonaba
las bellezas de una joven
hija de un Conde de fama.
Ambicioso de poder
el quería desposarla
con un villano vizconde
que gran fortuna amasaba.
A un recóndito lugar
llego el trovador cantando
las bellezas ensalzando
de aquella hermosa mujer.
Un apuesto caballero
prendado fue de esa dama
por las letras que ese hombre
del castillo le contaba.
Presto inició el caballero
el camino hacia el fortín
y al llegar en un festín
conoció a su bella dama
que de él quedó prendada.
Por las noches paseaban
contemplando las estrellas
y en lo alto, en las almenas
bajo la luz de la luna
él le dijo, tú o ninguna.
El Conde quiso arreglarlo
instando a sus pretendientes
a un duelo con las espadas
donde uno hallaría la muerte.
El vizconde más versado
en las artes de la guerra
dio muerte al fiel caballero
para quedarse con ella.
La dama desconsolada
una pócima tomó
al vizconde no quería
y con su vida acabó.
J. Piñeiro