EL INFIERNO
De lejos vengo amada mía
y entregarte quiero una rosa
con toda ilusión y alegría...
con ella ofrecerte el amor
porque tú eres mi bella flor
la mujer más dulce y hermosa.
Y si aceptas mi petición
entremos en un paraíso
de locuras y desenfreno
de fantasía y perversión,
pasión y apetito carnal
de ilusiones y liviandad
de lujuria y excitación
de deseo y obscenidad.
Seremos el fuego encendido
del gran volcán en erupción
como ríos de lava ardiente
buscando el valle enardecido
para adentrarse con pasión
en las olas del mar hirviente.
Seré ese demonio que apague
de tu infierno el fuego candente
porque ando excitado e impaciente
por ser el dueño de tu ser.
Hacer que te sientas mujer
adentrándome en tu interior
y con desmesurado ardor
convertir llamas en placer.
Tendremos una noche plena
de besos con sabor a fluidos,
sudores, gritos y gemidos...
cuando mi hombría entre en escena.
... Son los amores prohibidos
que la pasión desencadena.
Mángelbe.